El futuro del empleo en la cuarta revolución industrial

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Reportaje publicado en Informática
El futuro del empleo en la cuarta revolución industrial

Profesionales de la hostelería, el turismo y el comercio; mozos de almacén y transportistas; teleoperadores; ingenieros y expertos en calidad… son algunas de las ocupaciones que presentan más músculo para la contratación para lo que queda de año. Pero, ¿seguirán todavía ahí, pongamos en 2025, en el futuro del empleo en la cuarta revolución industrial?

Pues, según Google, algunas sí tirarán del carro, mientras que otras de las que destacan pueden haber emprendido el camino hacia su desaparición. ¿Quieres saber como prevé el futuro del empleo en España este gigante de la tecnología? Entonces, sigue leyendo.

El futuro del empleo en España, en el corto plazo

Con más de cuatro millones de personas (4’3, según un reciente estudio del FMI) que están a la búsqueda de empleo, hay profesiones que pueden dar un respiro en el corto plazo para quienes cuenten con formación, habilidades transversales y experiencia.

Los estudios de previsión más recientes señalan que en esta línea estarán el turismo y sectores afines, de los que partirán buena parte de las ofertas de empleo en lo que queda de año, campaña de Navidad incluida.

Ingenieros y profesionales de las TIC liberarán la empleabilidad en 2015

Por ello, las personas con formación en turismo, con estudios en gestión de ocio y tiempo libre, o con cursos de cocina profesional tendrán oportunidades para encontrar trabajo estos meses, en los que también habrá opciones en el sector logístico, en especial para carretilleros, mozos y transportistas, así como para teleoperadores y perfiles de atención al cliente.

Con mayores demandas de cualificación, presentarán buenas perspectivas otros ámbitos, en especial los que tengan que ver con la industria automotriz, que demanda ingenieros y profesionales del control de calidad, entre otros. La alimentación, con el impulso de la I+D, será otro campo con salidas para la contratación en lo que queda de 2017, en especial para personas con estudios de ingeniería agrícola y para profesionales de la biotecnología.

Sin embargo, ¿ofrecen estas profesiones posibilidades de larga duración? Y, es más, ¿seguirán a la cabeza del empleo de aquí a unos años? El FMI, que acaba de advertir de que España es uno de los países con mayores niveles de temporalidad (con 270.000 trabajadores que firmaron más de diez contratos en 2016), cree que va a ser esencial reforzar la formación en digitalización y todo lo que tenga que ver con ella.

El futuro del empleo en la cuarta revolución industrial

El futuro del empleo, según Google

Una lectura parecida realiza Google que, a través del Observatorio para el Análisis y el Desarrollo Económico de Internet (ADEI), en el que colabora junto a Analistas Financieros Internacionales y el Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante, ha lanzado el estudio, El trabajo del futuro en España.

Centrado en el impacto de la cuarta revolución industrial, este informe augura que los futuros avances, en especial en automatización, podrían ofrecer nuevos empleos a 2 millones de personas. Por el contrario, la tecnología y, con ella, la robotización, acabaría con 1,4 millones de puestos de trabajo "fácilmente reemplazables" por máquinas.

Profesionales que liderarán y ocupaciones en peligro de extinción

Pero, ¿para quiénes se abrirían esas oportunidades y para qué profesionales se estrecharán? Pues se dan algunas coincidencias respecto a las ocupaciones con mayores salidas en el corto plazo. Ingenieros, profesionales de las TIC o personal de la hostelería y la restauración seguirán ocupando un lugar destacado más allá de 2025.

Por el contrario, operadores, trabajadores de profesiones elementales e, incluso, conductores, pueden tenerlo muy complicado en ese horizonte temporal. En el último caso, por ejemplo, ¿cómo impactará la expansión de los vehículos autónomos en el empleo de los transportistas? Probablemente no de manera muy positiva. Sin embargo, el efecto será exactamente el opuesto entre los ingenieros especializados en este campo.

Pero, en concreto, en su estimación de los empleos tradicionales del siglo XX (y los que se han estrenado en lo que va de siglo XXI) que permanecerán, y de aquellos que lo pueden tener más crudo para competir con las máquinas inteligentes, el Observatorio ADEI establece tres categorías:

  • Ocupaciones con la supervivencia garantizada
Entre los perfiles profesionales cuya supervivencia está más que garantizada se sitúan las ocupaciones avanzadas que, según opina la Comisión Europea, son las que registrarán un mayor crecimiento. ¿Cuáles son? Pues no es difícil adivinarlo. Ingenieros, matemáticos y físicos, así como profesionales de las TIC (personas con formación en redes, con másteres y en bases de datos, y en diseño y análisis de software, entre otros) encabezan este apartado. A estos perfiles se suman además los expertos en finanzas y, en general, aquellos que liderarán la transición hacia la economía digital, los que aportan más valor y los que, en definitiva, nunca podrán ser sustituidos por ningún tipo de robot o máquina.
  • Restauración y comercio; larga vida a los clásicos
Larga vida a los clásicos, en el corto plazo, pero también en el largo. Si el turismo y, con él, la hostelería y actividades afines, están tirando en buena medida del carro del empleo y de la economía de la España del hoy, no quedarán a la zaga en la que se prevé en 2025. En el sector servicios tenían su hueco en 2016 casi 8 de cada 10 españoles (el 79% según el FMI), y esta fortalezca prevalecerá. Así, Google considera que buena parte de estos puestos, en los que el componente humano es indispensable, seguirán siendo fuertes en creación de empleo en el futuro. Camareros, cocineros, ayudantes de cocina y otros trabajadores con estudios en hostelería y restauración, tendrán salidas profesionales. Lo mismo sucederá con quienes opten por la formación en cuidados personales, así como en protección y seguridad, entre otras áreas.
  • Profesiones en riesgo de extinción
En este tercer bloque se incluyen las profesiones que caminan en una suerte de cuerda floja de la que, probablemente, acabarán cayendo conforme se asienten los avances tecnológicos y, de su mano, la automatización. ¿Entre qué perfiles es más probable que esto suceda? Pues, según el observatorio participado por Google, entre operadores y montadores, además de peones, personal de la limpieza y ocupaciones en general con un bajo nivel de cualificación. Trabajadores de distintas industrias, como la del automóvil, y de la agricultura, pueden encontrarse también sin salidas en un futuro con mayor presencia de las máquinas. Lo mismo podría ocurrir con otros perfiles, como administrativos o contables.

Claves para mantenerse en el mercado laboral que viene

Formación en digitalización. Ahí ve la clave el FMI. En la misma línea anda Google, que advierte de la necesidad de los futuros profesionales y de los que están ya en el mercado laboral de dotarse de las capacidades y de las competencias que serán necesarias para el empleo del futuro.

Entre cualquier candidato a mantenerse en el mercado laboral, reforzar sus destrezas digitales será un requisito indispensable. Para quienes, además, quieran formar parte del cambio de modelo, la línea a seguir pasará por los estudios en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), ya sean de Formación Profesional o universitarios. Puede parecer paradójico, pero en los últimos tiempos se ha producido un importante descenso de las personas que optan por formarse en estas áreas que, como se apuntaba, están entre las que que tienen el futuro asegurado.

Pero además de atinar con la especialidad, Google subraya dos aspectos de la formación a los que habrá que prestar atención. El primero, lo que la tecnológica califica como "T-Shaped Skills". Esto, traducido, es la necesidad de formarse en profundidad en un área de especialización muy delimitada, pero sin olvidar una serie de habilidades transversales que serán determinantes, entre ellas la versatilidad o la capacidad de adaptación.

Con lo anterior, viene otro aspecto que será también esencial para seguir siendo atractivo para el empleo más allá de 2025: la formación continua a lo largo de la carrera. Este elemento afectará a todo tipo de trabajadores. El ritmo de la innovación tecnología y los continuos cambios que de ella se derivan explican este requisito y hacen incluso que la propia Google reconozca, en su estudio, lo difícil que resulta hoy “aventurar nuevas ocupaciones” que todavía son “inexistentes e incluso inimaginables”.


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