¿De qué equipo eres tú?

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Reportaje publicado en Coaching
¿De qué equipo eres tú?

Todos conocemos la importancia que tienen los equipos compactos, sin fisuras, que trabajan juntos por un mismo objetivo... y no, no hablamos de fútbol (que el mundial ya ha terminado) hablamos de los equipos a la hora de formarse, sin duda el "hacer equipo" ayuda a mejorar la calidad y velocidad de aprendizaje.

La escuela de Negocios EAE lo utiliza para que sus alumnos de MBA aprendan, pero no nos referimos solo a aprender parte del programa didáctico, sino a aprender a ceder, aprender a convencer, aprender a argumentar… en definitiva, aprender a comunicarse de forma efectiva y a ser tolerante con las ideas del resto.

Pero los trabajos en grupo no se limitan a la formación de alto nivel, se utiliza en todos los niveles educativos, desde infantil hasta, como en el caso del EAE, en el mundo de los negocios. Como en cualquier campo, siempre hay gente detractora con tópicos como que hay gente que se aprovecha, que al final siempre hablan los mismos, que el trabajo en equipo lo acaban realizando unos pocos y el resto se deja llevar… aún y siendo eso verdad en algunos casos, no podemos dejar de ver las bondades de trabajar en equipo, eso si, como en casi todo la calidad es importante. Hay equipos y equipos, por esa razón hay que intentar crear grupos compensados, a poder ser multidisciplinares para que las áreas de influencia de unos aporten al resto y viceversa.

Debemos construir un puzzle

A las bondades de trabajar en equipo hay que añadir la de aprender a escuchar (que importante es escuchar y cuánta gente hay que no sabe hacerlo…) además los equipos nos convierte en personas más generosas, al igual que pasa en un equipo deportivo, todos tenemos momentos, todos tenemos áreas de influencia, todos tenemos cualidades y, lo mejor de cualquier equipo es que dónde no llegue uno, llegue otro. Esa compensación es lo que permite que los resultados sean exponenciales, no se trata de una suma de partes sino una multiplicación en la que cada miembro debe mejorar el resultado de forma muy superior al valor que tiene su trabajo de forma individual. Es algo así como la especialización del trabajo, por muy bueno que sea alguien en realizar diferentes tareas, el resultado final será mejor si se dividen esas tareas y se asignan a diferentes personas, el trabajo es más eficiente y los resultados muy superiores. Pues se trata de lo mismo pero llevado al mundo educacional. Pero cuidado, no debemos caer en realizar microtrabajos para luego unirlos. No es tan simple como eso, debemos crear un puzzle donde el trabajo de uno depende del de los otros, las piezas deben encajar y una sin la otra no tiene sentido. la clave es generar interdependencias entre los miembros del equipo, es decir, que todos tengan dependencia sobre el trabajo del resto. De ahi surge el aprendizaje cooperativo, iniciativa en auge que defiende el trabajo en equipo frente al individualismo. El colegio es el entorno ideal para fomentar el aprendizaje cooperativo.

Trabajar en equipo desde pequeños

Hay que intentar fomentarlo desde pequeños porque cada vez cuesta más interiorizarlo, entre otras cosas por sesgos cognitivos como la cotidianidad, damos por válidos conceptos y metodologías por el simple hecho de haberlo visto siempre así, sin preguntarnos si esa metodología es o no mejorable. Además, otro aspecto a tener en cuenta es la holgazanería social, especialmente en edad adolescente, puede llegar a estar bien visto el escaquearse de las responsabilidades individuales. La fórmula para evitarlo puede ser la evaluación combinada en la que haya una parte individual que haga que el alumno no se “abandone” al grupo. El método educacional cooperativo, por supuesto, se puede alternar con las clases convencionales, por ejemplo haciendo que cada miembro del equipo aprenda una parte de una asignatura teórica y un día a una hora fijada todos los miembros tengan que explicar su parte al resto del equipo.

¿Cómo conseguir formar el equipo de estudio perfecto?

La organización de grupos siempre es una fuente generadora de problemas. Si eligen los alumnos entra en juego el amiguísimo, los prejuicios, las rencillas… si las hace el profesor estalla el caos y siempre obtiene críticas como respuesta. Fuera como fuese es algo necesario y clave para que el aprendizaje colaborativo funcione. Y lo ideal es que los haga el profesor o una persona ecuánime para conseguir equipos heterogéneos y de un máximo de 3 o 4 personas, eso hará que la gente se "columpie" menos. Y, por supuesto, no importa que no haya afinidad, ¡la afinidad se crea al trabajar juntos! Además es muy importante, como en muchas facetas de la vida, la constancia. Los grupos deben mantenerse durante varias sesiones.

¿Qué te ha parecido el tema? Y tú, ¿eres de los que trabaja mejor en equipo o de forma individual?


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